Cómo cuidar los elementos de nuestra red de calentadores
En anteriores artículos hemos mencionado lo importante que es conocer los problemas que pueden acarrear un sistema de boilers de toda clase, que a final de cuentas perjudica la economía del hogar o empresas. Enlistamos problemas como la fragilidad del hidrógeno, los daños físicos, el ataque cáustico, sobrecalentamiento de tubería, restricciones en los flujos del agua, pérdida del rendimiento térmico, mal desempeño de separadores de vapor, entre otros.
Es trascendental realizar mantenimientos a dichos sistemas de caldeamiento, pero de forma programada, regular, y no esperarse a que elementos importantes fallen o se descompongan, porque una combinación de varios problemas, llevará inevitablemente a mantenimientos muy costosos y complicados. Precisamente, los tratamientos, tanto internos como externos son esenciales.
Tratamientos externos.
Estos procedimientos se realizan sobre el agua de alimentación, el de aporte, y en el retorno de condensado.
Agua de aporte.
De característica ablandada o sin minerales, al combinarse con resinas de intercambio iónico, no altera la aglomeración de sólidos disueltos, solo se intercambia la dureza (calcio y magnesio) por el sodio. Este tipo de tratamiento suele usarse en calderas de baja presión, con aguas que no poseen mucha salinización. Cuando está operando el boiler y su presión aumenta, es normal que se remueva la mineralización, ya sea de manera parcial o total. Es esencial que recordemos: entre más potencia se le aumente a nuestros sistemas generadores de vapor, es decir, entre más se eleve la tasa de vapor por unidad de área de calentamiento, la calidad del agua de reposición se volverá más crítica, lo que obviamente nos llevará a tener que hacer un análisis detallado de las impurezas existentes, para poder eliminarlas por completo.
En aguas sobre condensado, es preponderante que el tratamiento se efectúe en calderas que trabajan por arriba de los 40 kg/cm2, y es que como hemos visto anteriormente, los condensados arrastran todo tipo de sólidos, por la corrosión de metales en tuberías o el mismo boiler, además de las pérdidas en áreas de vacío como el condensador o turbinas. Es necesario erradicar esas ppm. En cuanto al agua de alimentación, se trata la erradicación de CO2 y oxígeno en un desaireador térmico, y además de trabajar como precalentador, esta clase de aditamentos pueden garantizar un tenor de oxígeno residual por debajo a 0.007 ppm.
Tratamientos internos.
Esto es básicamente la adición de ciertas sustancias al agua de alimentación de los calentadores, que servirán para mantener a raya los problemas que suelen suceder en los mismos. Por ejemplo, los fosfatos sirven para que el agua alcance el pH necesario, obviamente deben ser bien suministrados, con las medidas exactas.
Sin duda, se podría decir que los fosfatos son un tipo de tratamiento principal, que no puede faltar en el proceso de mantenimiento de los calentadores, ya que estos evitan en gran medida las incrustaciones por la dureza, hierro o cobre.
Las aminas volátiles son empleadas para reforzar la protección en las tuberías, paredes y sistemas de vapor, a esto se le llama capa protectora hidrófoba; igualmente con esto disminuirá la corrosión. Lo mismo para con la aplicación del amoniaco. En general todas esas sustancias o componentes pasan por el vapor, para luego pasar al condensado, y así generar alcalinidad. Este proceso permite que se disminuyan las probabilidades de corrosión de los metales, y más en los conductos de condensado, asimismo los sólidos se desvanecerán.
A.V.T.: Que significa “tratamiento de volátiles”, y funciona mediante el uso de amoníaco e hidracina, beneficiando directamente al condensado. Se podría decir que este método no era muy recurrido porque el condensado con poca alcalinidad resultaba corrosivo para ciertas aleaciones, son embargo, las calderas de alta presión con “one-through”, y con acero inoxidable, precisaban este tratamiento.
Esos son los tipos de tratamientos adecuados para el sistema de caldeamiento. .
