El proceso de la condensación para mejorar la eficiencia de la generación de calor
Ya hemos recalcado con anterioridad que las emisiones de CO2 son una problemática mundial, en la que aunque no lo aceptemos, nosotros mismos como seres humanos lo estamos resintiendo día a día. Nuestra salud va mermando poco a poco, con lo cual tendríamos que acostumbrarnos a esos cambios, pero qué mejor, hacer algo al respecto.
Asimismo, sabemos que hay varios tipos de boilers para aplicaciones de agua sanitaria caliente o incluso para otras aplicaciones más industriales. Precisamente hablaremos de una tecnología que ha venido evolucionando en pro de la ecología y el ahorro energético y económico.
Funcionamiento de las calderas de condensación
Las calderas de condensación funcionan sacando provecho máximo de la concentración del humo que se va generando del proceso de caldeamiento, y posteriormente que esa energía se regrese para precalentar, se puede decir que es un proceso cíclico, llegando a permitir un rendimiento del 30% más, con respecto a otros sistemas. Los expertos tienen la confianza que con el tiempo este tipo de tecnología se va a utilizar de manera más regular para todo tipo de aplicaciones referentes al calentamiento del agua.
Primero conozcamos un poco acerca de la combustión. La combustión es el proceso de una reacción en la que un combustible se mezcla con el oxígeno, que desprenderá energía térmica y otros resultados de la combustión, como el dióxido de carbono CO2. Obviamente cada combustible tiene su propia composición de moléculas. El poder calorífico significa que la combustión se ha completado debido a la cantidad de calor liberada, y se puede clasificar en dos tipos: inferior y superior. La primera es cuando dicha energía derivada de la combustión, en el momento que el agua de los humos está en su estado gaseoso. La segunda sucede cuando el vapor de agua de los humos se ha condensado.
Aspectos a considerar en las calderas de condensación:
1. Instalación.
Su forma de instalación difiere a los sistemas de caldeamiento convencionales, por ello, es esencial asesorarse adecuadamente y seguir la serie de instrucciones específicas, dependiendo del elemento en cuestión.
2. Evacuación de gases.
Como ya hemos mencionado, el aparato de condensación permite re-utilizar el vapor resultante de la condensación, para poder seguir auto generando energía. Asimismo este tipo de sistema deja un margen más amplio en cuanto a los metros de chimenea que se pueden colocar. Por lo regular las chimeneas estarán hechas a base de polipropileno, este es un material muy útil porque evitan corrosiones indeseables o fugas de vapores.
3. Drenaje.
Es trascendental que la salida o el desagüe no se encuentre lejos de la caldera (no más de tres metros), esto con tal de que el líquido generado de la condensación no recorra mucho terreno, además se recomienda que tal drenaje esté en forma de pendiente, para así evitar acumulaciones indeseables. Si la desembocadura está algo retirado del boiler, entonces se tendrá que instalar forzosamente una bomba para impulsar el agua resultante. Asimismo se aconseja que el tubo del drenaje sea de plástico para que no se corroa.
4. Temperatura.
Para poder maximizar el rendimiento de nuestro sistema, se recomienda que el dispositivo de condensación trabaje entre los 50 y los 60 grados Celsius. Este rango de temperatura es menor que un sistema convencional, pero es la mejor manera en que se podrá aprovechar al máximo el calor latente, ya que se formará una mayor cantidad de condensación para la regeneración de energía, es una realidad que se podrá ahorrar en gas.
5. Ajustador de sonda exterior.
Gracias a tal elemento, la caldera tendrá un desempeño aún más beneficioso para todos, y es que la misma será capaz de conocer la temperatura del interior y exterior de una casa o edificio, por lo cual ésta se ajustará de acuerdo a las necesidades de las personas, y al mismo tiempo que generará un ahorro energético.
