La importancia de los polímeros aniónicos en los sistemas de caldeamiento industrial y comercial
En anteriores artículos ya hemos manifestado la importancia de los tratamientos químicos para el agua de calderas, y es que la constante formación de incrustaciones es una realidad en cualquier sistema de caldeamiento industrial o comercial. Las incrustaciones son un mal por donde se vea, desde absorción del calor que impide un trabajo eficiente del boiler, hasta convertirse en un peligro latente para todos, cuando el incremento de temperatura sea demasiado por la ineficaz conducción de calor.
El control de fosfatos, pH, y el adecuado uso de quelantes puede ser una gran diferencia entre tener un sistema de calentamiento funcional y seguro, y uno que es inestable y peligroso para todos.
Polímeros y lodos
Por más que se quiera tener un control preciso en la etapa de las incrustaciones, la realidad es que tendremos siempre que atender a una necesidad de precipitar las sales de dureza cálcica, y que al añadir un polímero, causará los lodos. Precisamente los polímeros aiónicos son esenciales y muy usados en los sistemas de boiler industrial o comercial, que al aplicarlo en lodos suspendidos, éstos se transformarán en elementos fáciles de dispersar, para que mediante la purgación, se eliminen por completo de la caldera.
Los polímeros son imprescindibles para esta clase de procedimiento de eliminación de lodos, y podemos destacar polímeros que pueden trabajar en boiler de hasta 105 kg/cm2 (1,500 psi), y además que son capaces de remover de manera virtual el cien por cien de impurezas de agua de alimentación, lo cual incluye hierro, sílice y otras durezas del sistema. Por otro lado, los polímeros aniónicos pueden evitar el desarrollo de la matriz cristalina de los lodos o durezas. Hay que destacar que sobre tratar no es aconsejable para cualquier proceso de eliminación, es por ello que muchos expertos en tratamiento de sistemas de calentamiento de agua emplean una combinación de polimetacrilato como elementos primordiales dentro de un esquema o proceso para tratar la mezcla de polímeros.
El aceite puede sobrecalentar las calderas
Sin duda una de las cuestiones más riesgosas para nuestro sistema de calentamiento de agua es la aparición y presencia de aceite en el mismo. Como ya sabemos, el aceite aísla el calor de gran forma, y si aparece en las superficies que están en contacto con una fuente de calor elevada, invariablemente se creará un calentamiento excesivo en la misma, por lo que sin duda producirá daños a los boiler.
Es normal que podamos encontrar aceite para equipos o dispositivos de vapor, en cilindros para hacer retornar la condensación a la alimentación del boiler, también se puede usar para lubricar motores de vapor, bombas de retorno, e incluso para sistemas de separación del mismo aceite en el escape.
Cómo eliminar la incrustación del aceite por medio de tres procesos de exclusión
Erradicación mecánica. Antes de poner manos a la obra en el tratamiento de las incrustaciones para caldera, es necesario que nuestro sistema de caldeamiento esté totalmente inactivo y sin presencia de agua. Posteriormente nos vamos a ayudar con un martillo sincrustante o con un cincel encubierto, dichas herramientas las utilizaremos para limpiar las áreas de fácil acceso, como cabezales, abrazaderas, calderines y virolas; el proceso de limpia será mecánico, siempre teniendo precaución de no dañar el espesor del metal, es decir, no disminuirlo o rebajarlo. Asimismo podemos desprender las incrustaciones en las caras interiores de los conductos de agua con el uso de una turbina cilíndrica. Después, lo que se aconseja hacer es desvanecer los lodos de incrustación por medio de agua limpia. El uso de la turbina debe ser a discreción, sin pasarnos mucho de tiempo, ya que el conducto se podría dañar. Este es el primer método: erradicación mecánica.
En el siguiente artículo describiremos los otros dos procedimientos de limpia y eliminación de incrustaciones, como el tratamiento de agua y limpieza a través de químicos como disolventes y otras cuestiones.
