Tipos de aislantes para un sistema de calentamiento
Es normal que cuando pensamos en una instalación para calefacción, generadores de clima o simplemente para el calentamiento del agua, pensemos en las mejores maneras para implementar el diseño que nos ayude a economizar la energía eléctrica o el combustible, y sin duda una forma de hacerlo es la implementación de tubería aislante, ya que por los tubos viajan los fluidos calientes, y de no estar bien protegidos pueden ocurrir pérdidas de calor importantes, que a su vez provoquen un doble esfuerzo de la caldera.
Las tuberías más habituales son:
Tubos de cubierta polimérica o elastomérica o las comúnmente llamadas coquillas. Esta es una buena manera de aislar térmicamente las tuberías, este caucho sintético permite una conductividad de calor menor, además de que es muy fácil de instalar. Su estructura celular hermética la hace ideal para el funcionamiento de los calefactores. Existen muchas clases de este tipo de tubo a la venta, con diferentes características dependiendo del proyecto o demanda de calor requerido.
Conductos de lana mineral. Una de las soluciones de contuctividad térmica más eficiente, sus materiales de lana de vidrio y roca permiten no solo la separación del calor, sino del sonido. Ideal para el sector residencial, construcción de edificios e incluso para naves industriales. Su principal característica es que por fuera tiene una delgada cubierta de aluminio.
Tubería cilíndrica de polietileno. Este material es usado en muchas aplicaciones industriales o hasta bricolaje. Éstos son más económicos porque a diferencia de la espuma elastomérica o lana mineral, no son tan buenos conductores. Aun así son baratos e ideales para aplicaciones que no demanden mucha utilización de energéticos. Se adecúan perfectamente al diámetro del tubo y suelen venir en colores grises.
Antes de pensar en la inclusión de los aislantes, es necesario saber algunas de las condiciones con las cuales operan, de esa forma se sabrá con más precisión cuáles es el tipo de conducto que nos servirá.
La conductividad es una parte muy importante en la tubería de separación térmica. El aislamiento será más efectivo cuanto la conductividad sea mínima, por ello como ejemplo el cubrimiento de lana mineral presentará valores de conducción calorífica, y en un cuadro se deberán considerar los siguientes parámetros: conductividad térmica con un rango de valores en grados centígrados, unidades mediante la fórmula W/(m-K), donde W son watts, m es metro y K es kilocaloría. También se debe integrar la reacción al fuego y el aguante a la saturación.
Grosor. Existen documentos normativos donde se especifican los milímetros que deben llevar los conductos de aislación de calor, con relación al proyecto que se vaya a realizar. El espesor y el material de los tubos son esenciales para que haya una operación térmica adecuada.
Como ejemplo tenemos que: si el diámetro interior del conducto es de 21, 27 y 34 mm, el grosor del tubo deberá ser de 25 mm, entendiendo que se trabajen a temperaturas entre los 40 y los 120 grados centígrados. Si el diámetro interior de la coquilla es de 42, 48, 60, 76, 89 mm, el espesor del material tendrá que ser de 30 mm cuando se operen con temperaturas de 40 a 101 °C y si el grosor es de 40 mm será para temperaturas de 102 a 120 °C. Si el diámetro del conducto es de 114, 140, 169 o 219 mm, entonces el grosor del tubo tendrá que ser de 40 mm bajo las condiciones térmicas de 40 a 101 °C, y de 50 mm si está entre los 102 y 120 °C.
Es esencial que el rango de temperaturas de operación sean entregadas por el fabricador, donde especifique los mínimos y máximos que pueden soportar los tubos, y no haya complicaciones futuras. La implementación de una aislación térmica garantizará un funcionamiento óptimo de la calefacción y sus componentes, que implicará un ahorro sustancial de costes energéticos y cuyas amortizaciones se podrán ver reflejadas en un período de no más de un año.