¿Cómo probar la calidad de agua en sistemas de caldeamiento? Hemos recalcado que los tratamientos para calderas son esenciales para que la generación de vapor o uso de agua sanitaria directa no represente ningún problema para nuestros procesos industriales. Las distintas incrustaciones y demás suciedades impiden un correcto funcionamiento, a la vez que nuestro boiler poco a poco irá sufriendo daños por los efectos corrosivos que se irán permeando en el interior del sistema.
Asimismo hemos destacado a lo largo de artículos anteriores que existen distintos tipos de tratamientos para combatir todos esos desperfectos, siempre enfocados en realizarlos de la mejor manera, para que dichos procesos de limpieza resulten eficaces en todo sentido.
Siempre debemos pensar que es inadecuado el emplear el agua de manera directa para nuestras aplicaciones, cualesquiera que sean, aún si se considera que son pequeñas las cantidades de impurezas disueltas en el agua.
Es preponderante que antes de empezar el tratamiento del agua de nuestra caldera, hagamos una extracción de información concienzuda en cuanto a la calidad del agua y lo que vamos a requerir en nuestros procedimientos. Para checar a profundidad la calidad del líquido, analizaremos sus parámetros como: los diferentes o variados puntos de origen del agua que estamos extrayendo, ya sea de la misma red municipal u otros puntos de extracción; debemos preguntarnos, ¿estamos trayendo agua de un solo punto, o es la combinación de varias fuentes? De ser lo último, ¿existe una especie de homogeneidad que nos permita ejecutar un tratamiento más sencillo del agua de nuestra red de caldeamiento?
El mismo municipio o ciudad puede otorgar datos de los niveles máximos anuales que el agua posee en cuanto a materia orgánica u otros compuestos, de ahí es una opción para iniciar los estudios o análisis necesarios para nuestro proyecto. Precisamente el laboratorio que se vaya a encargar de tales estudios, debe recibir las muestras adecuadas en cantidad, es decir, que sean datos realmente representativos.
La calidad con la que el agua de caldera va a ser tratada en el proceso y para su posterior salida puede depender de tres factores:
Por razones económicas: En este sentido la cantidad de impurezas que se desean eliminar va mucho de la mano con la exigencia del tratamiento, es decir, si se requiere una limpia intensa para remover toda sustancia, el procedimiento saldrá costoso, en cambio, si solamente se precisa de erradicar unas cuantas impurezas, no saldrá tan caro.
Por razones de seguridad: Algunas empresas se dedican a realizar procesos industriales específicos y a la vez delicados, como la industria alimentaria o de purificación del agua. Es por ello que por cuestiones de seguridad industrial deben tener mucho cuidado de que ningún contaminante vaya a ser perjudicial para el producto final o para la salud de los mismos empleados.
Por razones de especificaciones de fabricación: Ya sea por la estandarización que se deba cumplir, o por los requisitos que imponga el inversor o cliente, se debe hacer un tratamiento de agua de caldera a conciencia, dependiendo de tales requerimientos.
Es necesario estar al tanto que el agua que se tiene que consumir como materia prima de un procedimiento industrial, debe ser purificada de manera preliminar a su utilización. Si se trata de emplear el agua en las mismas calderas o torres de enfriamiento, entonces se puede recurrir al tratamiento preliminar o hacerlo cuando dichos elementos trabajen a la par.
En cuestión de la purificación del agua, además del tratamiento, se tiene que llevar un proceso completo de filtración mediante membranas, incluso tratándose de agua de alimentación. También es ahí cuando puede entrar la ósmosis inversa, cuya técnica permitirá la correcta descarga de iones localizados en los intercambiadores. Esto es muy útil para la erradicación total de partículas específicas o bacteriológicas.
