La temporada invernal se acerca a nuestro país y algunos meteorólogos han asegurado que va a ser un invierno muy frío, en gran medida por los gases de invernadero propagados por la atmósfera, pero bueno, ese es otro tema. En este artículo vamos a hablar preponderantemente de los cuidados que debemos tener nosotros mismos como humanos para fortalecernos y protegernos de los climas gélidos.
Además de nosotros mantenernos calientes, nuestro entorno tiene que estar cálido. Es esencial que nuestra casa, oficina o lugares muy concurridos por nosotros tengan una buena protección contra el frío. Por ejemplo hay muchos elementos que nos pueden ayudar a tal propósito, como aislantes térmicos para nuestros muros y ventanas, la forma y los materiales con los que está construido nuestra casa, y por supuesto la adquisición e instalación de sistemas de calefacción.
A veces esto puede resultar complicado ya que la misma Organización Mundial de la Salud recomienda ciertos rangos de temperaturas en climas muy fríos dependiendo de las personas que estén en un lugar determinado, es decir, para las personas que gozan de buena salud basta que los rodee un rango de temperatura entre los 18 y los 24 grados Celsius. Sin embargo cuando se tratan de niños, personas de tercera edad o personas con problemas de salud eso cambia, ya que la OMS recomienda que en esos casos la temperatura sea más de 20 °C y no baje de esa cifra. Por ello se recomienda contar con un sistema inteligente de calefacción que se programe para obtener la temperatura ideal.
Las actividades o ejercicios al aire libre siempre son buenos, pero cuando son épocas invernales hay que tener mucho cuidado de vestirnos con la ropa apropiada para tales ocasiones. Más aún los cuidados se potencian para aquellas personas que sufren de afecciones cardíacas, y es que seguir las recomendaciones del cardiólogo es de vital importancia, incluso para hacer las tareas físicas más sencillas; el aire frío hace que gastemos más calorías de lo normal y nos obliga a hacer más esfuerzo de lo normal.
Es trascendental estar atento a cualquier indicio de hipotermia; esta es fácilmente diagnosticable ya que los síntomas son muy claros, como el cansancio extremo, temblores, hasta pérdida de memoria o confusión. Lo mejor es evitar esta condición, sobre todo en gente más vulnerable, como los bebés; si éstos pequeños presentan una piel rojiza y fría, entonces puede haber problemas.
Uso de la calefacción en el hogar o lugar de trabajo
Es normal que el calor en casa sea un factor preponderante para nuestra calidad de vida y de la que nos rodean, en todos sentidos. Puede haber personas que con tal de ahorrarse unos pesos, lleguen a prender hornos a base de leña, carbón o kerosenos dentro de su propio hogar, esto solo sería factible si se cuenta con una chimenea funcional y de alta calidad, de no ser así nos exponemos a problemas respiratorios de consideración, todo por ahorrarnos algo de dinero en la factura mensual del gas o energía eléctrica; hay que tener cuidado, porque sale más contraproducente que nos rodeemos del monóxido de carbono resultante de la quema de leña y combustibles. Lo mejor es contar con un sistema calefactor funcional y que sea ahorrador en cuanto al consumo energético.
Igualmente los edificios tienen que estar regulados con la temperatura que se precisa en temporadas invernales, y en caso de que haya una red de calentamiento general, el dueño del edificio tendrá que estar al pendiente de las necesidades básicas de temperatura. Si no existe una instalación como tal, entonces se tendrá que disponer de un calefactor, aunque sea portátil.
En la actualidad se pueden contar con una gran oferta en dispositivos y sistemas que sirven para dar calor a una casa o edificio, como instalaciones por suelo o paredes radiantes, por citar un ejemplo, que se ha demostrado que proporcionan muy buen calor y que además no genera tantos costos energéticos, pero tal vez ese sea otro tema a tratar más adelante.